El universo palpita como un corazón, siguiendo un ritmo ancestral de expansión (sístole) y contracción (diástole).
Cuando la expansión se detiene y comienza la retracción, el universo entra en una fase crítica:
Cuando la expansión se detiene y comienza la retracción, el universo entra en una fase crítica:
la implosión (Big Crunch).
Este colapso hacia adentro nos lleva a un punto de singularidad donde las leyes físicas se retuercen y doblan. En ese instante, las fuerzas gravitacionales luchan por arrastrar todo hacia el centro mientras la energía acumulada de la expansión se resiste.
La implosión se asemeja a la sístole, cuando el corazón se contrae para expulsar la sangre, concentrando toda su energía en un solo punto.
La palabra "implosión" tiene sus raíces en el latín "in-", que significa "hacia adentro", y "explosio", derivada de "plaudere", que significa "aplaudir".
Y entonces, en lugar de ser el final, esta implosión prepara el terreno para un nuevo Big Bang, un estallido de creación que reconfigura el cosmos.
Este colapso hacia adentro nos lleva a un punto de singularidad donde las leyes físicas se retuercen y doblan. En ese instante, las fuerzas gravitacionales luchan por arrastrar todo hacia el centro mientras la energía acumulada de la expansión se resiste.
La implosión se asemeja a la sístole, cuando el corazón se contrae para expulsar la sangre, concentrando toda su energía en un solo punto.
La palabra "implosión" tiene sus raíces en el latín "in-", que significa "hacia adentro", y "explosio", derivada de "plaudere", que significa "aplaudir".
Y entonces, en lugar de ser el final, esta implosión prepara el terreno para un nuevo Big Bang, un estallido de creación que reconfigura el cosmos.
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