viernes, 3 de enero de 2025

Descalcista

 
 
 
Yo, que fui hija del asfalto, descubrí una nueva dimensión al caminar descalza en la montaña.  El día que toqué tierra con los pies descalzos, todo cambió. Y no hablo de caminar sobre la suave arena de la playa, hablo de la montaña, de años de autoexploración, de recorrer senderos pedregosos y de limpiar caminos de posibles cristales (porque, sí, haberlos haylos).

Caminar descalza en la montaña fue una experiencia reveladora.

Cada piedra, cada rama, cada obstáculo en el camino se convirtió en una metáfora de los desafíos y aprendizajes de la vida.
La limpieza de caminos, quitando cristales y otros peligros, simbolizaba la purificación de mi mente y espíritu, deshaciéndome de lo que ya no me servía.

El viento, la lluvia y la erosión habían suavizado las piedras del camino, convirtiéndolas en compañeros de viaje en lugar de obstáculos. Estas piedras modeladas por la naturaleza no solo no me perjudicaban, sino que contribuían a mi bienestar.
 
Al finalizar cada caminata, siento una ligereza brutal, como si me hubieran dado un masaje de reflexología durante horas, pero venido "de las manos del camino", invitándome a seguir caminando otro día...

Por RaquelFlorescribe_3/1/2025

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La sociedad distópica: donde el mañana siempre parece un mal día de ayer.