Imagina a alguien entrenando en el gimnasio, pero en lugar de hacer press de banca, están practicando sus movimientos DE PERREO frente al espejo.
¡Vamos, una repetición más!
¡HASTA EL SUELO!
Y ahí están, sudando la gota gorda, mientras los demás levantan pesas con cara de confusión.
Es como si, de repente, la habilidad de bajar hasta el suelo con el trasero se convirtiera en una competencia olímpica.
Y claro, aquellos que se lo toman demasiado en serio terminan con más trasero que pectorales, literalmente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.